La información recopilada sobre el meteorito que el pasado 15 de febrero explotó en la atmósfera en la vertical de los Montes Urales, y que dejó un millar de heridos por la onda expansiva, permite a la ESA considerarlo ya el de mayor nivel registrado en más de un siglo.
Se pudo ver durante más de 30 segundos antes de explotar y enviar la onda expansiva a través de la ciudad de Chelyabinsk y alrededores.
Miles de residentes de los pueblos cercanos han estado muy ocupados buscando fragmentos del meteorito en agujeros en la nieve. Ahora se están subastando en webs de Rusia y de otros países. Por supuesto, no todos son auténticos.
Se sabe más del acontecimiento gracias a la información registrada por un red de sensores infrasónicos utilizada para vigilar explosiones nucleares. El infrasonido, frecuencia de onda de sonido extremadamente bajo que puede viajar largas distancias y ser escuchado únicamente por algunos animales, entre los que se incluyen los elefantes.
Cuando un meteorito entra en la atmósfera, gracias a estas ondas revela información sobre su velocidad, dirección y cantidad de energía que contiene.
En un cálculo bastante aproximado, estas son las características del meteorito:
- Tamaño: 17 metros de diámetro.
- Peso: 10000 toneladas.
- Velocidad: 64000 km/h
- Explosión: 470 kilotones, equivalente a 23 bombas atómicas como la de Hiroshima
Con el nivel actual de comprensión de los objetos cercanos a la Tierra, se espera que eventos de esta magnitud puedan producirse una vez en periodos que abarcan varias de decenas de años a 100 años.
El director de la NASA comentó que es un suceso extraño e histórico, pero que la caída de bolas de fuego ocurren una vez al día o más, pero no las vemos porque caen en el océano o en áreas remotas.
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